lunes, 18 de mayo de 2020

¿Anemia durante el embarazo o hemodilución?

    La anemia es un trastorno caracterizado por la presencia de una cantidad baja de eritrocitos (glóbulos rojos) en sangre, por lo que se compromete la cantidad de oxígeno transportada en la sangre y, por tanto, la correcta oxigenación de nuestros tejidos.

     La anemia puede ser causada por motivos nutricionales (como la deficiencia de hierro, vitamina B12, ácido fólico, etc.) o por causas no nutricionales, como pueden ser ciertos trastornos genéticos, hermorragias, etc. 

     La anemia que trataremos en esta entrada del blog, será la anemia por carencia de hierro (que es la más frecuente) o también denominada anemia ferropénica.
     Uno de los criterios que se tienen en cuenta para valorar la anemia ferropénica es la cantidad de hemoglobina en sangre (proteína que transporta el oxígeno en los glóbulos rojos):



Valores normales hemoglobina en mujeres no gestantes:
                                                                      12,1-15,1 g/dl

Valores normales hemoglobina en mujeres embarazadas según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
                                                                     >11g/dl (Primer y tercer trimestre)
                                                                     >10,5g/dl (Segundo trimestre)


     Esta disminución en los valores de hemoglobina en sangre se debe a que las mujeres embarazadas incrementan el volumen del plasma sanguíneo desde el primer trimestre y esto provoca una hemodilución de la concentración de hemoglobina. Por ello, siempre hay que diferenciar entre una anemia real y una anemia fisiológica durante el embarazo.


¿Cuál es la cantidad de hierro requerida durante el embarazo?

     Durante el embarazo se necesita unos 300mg de hierro para el feto, 50mg para la placenta y aproximadamente 450mg para el aumento del volumen de sangre de la madre, por eso,  las mujeres gestantes deben duplicar la ingesta de hierro sobre la cantidad diaria recomendada (CDR) en comparación a las no gestantes.

       La deficiencia de hierro durante el embarazo se traduce un incremento en la mortalidad materna e infantil, parto prematuro y bajo peso al nacer. 

      En los adultos mayores de 18 años los requerimientos de hierro según la European Food Safety Authority (EFSA) es entre 9,4 a 17,9mg/día , en concreto para las mujeres es de 15mg/día, y en las mujeres gestantes se recomiendo unos 30mg diarios de hierro, cantidad muy difícil de conseguir solo con alimentos, por ello la OMS, recomienda la suplementación por vía oral con hierro en las mujeres gestantes, de entre 30-60mg de hierro elemental*.

* El equivalente de 60mg de hierro elemental es 300mg de sulfato ferroso heptahidratado, 180mg de fumarato ferroso o 500mg de gluconato ferroso.


¿Qué alimentos son ricos en hierro?

     Dentro de los alimentos ricos en hierro se incluye la carne (principalmente roja), el pescado, los mariscos, las legumbres, la yema de huevo, los vegetales verdes oscuros, las patatas, las nueces y los alimentos fortificados.

    El hierro de la dieta se presenta bajo dos formas principales: Hemo o no hemo. Los alimentos de origen vegetal y el huevo presentan hierro no hemo, mientras que la carne y el pescado contienen hierro hemo y no hemo.

     
     La diferencia entre los mismos, radica en su grado de absorción. El hierro ligado al grupo hemo, que es la forma orgánica del hierro, se absorbe en torno al 15%, mientras que el hierro no ligado al grupo hemo, se absorbe alrededor del 3-8%.



¿Cómo mejorar la absorción de hierro?


     Existen alimentos y nutrientes que favorecen o inhiben la absorción del hierro, por tanto, es tan importante la cantidad de hierro de un alimento como su nivel de absorción.


     Los alimentos ricos en vitamina C (naranja, fresas, mandarinas, kiwi, principalmente) favorecen la absorción del hierro no hemo, por ello es importante consumirlos junto con los alimentos ricos en hierro de origen vegetal, por ejemplo, luego de las legumbres.


   Dentro de los alimentos que inhiben la absorción de hierro y, por tanto, debemos alejarlos de las comidas principales son:


- Café y té  por su contenido en taninos.

- Lácteos y derivados por la presencia de calcio. 1 ración de lácteos puede llegar a reducir un 50% la absorción del hierro dietético.
- La fibra insoluble (como por ejemplo la de los cereales integrales).


    Por último, es importante que las mujeres gestantes tomen el hierro apartado del suplemento vitamínico, en ayunas, y con un zumo de naranja natural.


    


Bibliografía:

1) Concentraciones de hemoglobina para diagnosticar la anemia y su gravedad (OMS).

2) Libro de Dietoterapia (Krause).
3) Hemoglobina (MedlinePlus).
4) Fisiopatología de la anemia durante el embarazo: ¿anemia o hemodilución? Revista de Ginecología y Obstreticia.
5) Iron. Office of Dietary Reference Values for iron (EFSA).
6)  Scientif Opinion on Dietary Reference Values for iron (EFSA).
7) Anemia ferropénica en el deporte e intervenciones dietético-nutricionales preventivas. Revista Española de Nutrición Humana y Dietética.
8) Administración diaria de suplementos de hierro y ácido fólico durante el embarazo.

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